Este ensayo lo escribimos todas las mujeres que hay en mí, que son muchas, por lo que cada una habla en diferentes momentos y cuestiones que a todas nos afectan, no se sabe si soy yo o es ella o es aquella la que escribe, somos todas las que estamos en mi. Qué más da quién, más qué queremos decir es lo importante.La experiencia existencial enriquece e ilumina el pensamiento. Esta convicción que tenían las estudiosas feministas nos evocan a las palabras de Silvia Cusicanqui cuando nos exhorta a iluminar nuestro presente, nuestro pasado y nuestro futuro, tanto de forma individual como colectiva.Yo hablo de iluminar el pasado, sacar a la luz a nuestras antiguas hermanas que quedaron ensombrecidas, y rescatar del olvido su obra y sus hazañas, aprender de ellas, y con estos conocimientos continuar experimentando.Candace Falk y Alice Wexter, serían dos buenos ejemplos ya que en su biografía podemos conocer sus acontecimientos vitales, y que nos ayudarían a entender a otra gran mujer y su filosofía, Emma Goldman, pilar fundamental en este ensayo.
Todos/as nacemos con un amor incondicional por la libertad. En cualquier libro de historia, indiferentemente del periodo histórico se puede leer como el ser humano se ha revelado contra todas aquellas fuerza de poder que limitaban su libertad.
Por esta razón Goldman escribió en 1934 ``siempre he buscado permanecer en un estado de flujo, de continuo crecimiento, sin petrificarme en una condición de autocomplaciencia´´.
Ella está en un constante proceso de producción, de creación, de crecimiento. Dentro de esta idea de proceso, tres son los autores que me vienen a la mente; Deleuze, Guattari y Suely Rolnik.
Mi pretensión con este ensayo quizá sea un mensaje/reflexión dirigido a todas aquellas mujeres sobre la necesidad de plantearse disfrutar de una vida libre, de actuar siempre desde nuestra voluntad
Pero estas exhortaciones también me las dirijo a mi misma.
Estoy haciendo el esfuerzo de transmitir una idea, un mensaje coherente, pero ciertos actos míos realizados por culpa de la presión de la sociedad patriarcal establecida hacen que las voces de todas las mujeres que habitan en mí se unan en una contundente voz, gritándome: ˋˋNo tienes el derecho de transmitir un mensaje a las demás, no tienes derecho a hablar de libertad cuando tú has caído en la esclavitud´´.
Pero puede que una entre todas de mis mujeres me este susurrando las palabras que ahora escribo como una forma de terapia, como forma de auto exploración y de autoanálisis, una manera de reconocer mis cadenas para poder acabar con ellas.
Como dijo Deleuze ``Tenemos hierba en la cabeza y no tenemos un árbol´´. Me atrevería a decir que esos hierbajos tienen el nombre de ˋˋ ignorancia ´´,el elemento más violento y destructor. Tan solo despejando esos hierbajos se podrán ver las raíces y tener un buen crecimiento.
``Alguien dijo que se requiere menos esfuerzo mental para condenar que para pensar´´
Debemos romper, y me incluyo, como exhortación a mi misma también, con las pesadas e invisibles cadenas mentales que nos unen al dominio, que es el mayor obstáculo para cualquier progreso. Y esto solo ocurrirá cuando pensemos y juzguemos por nosotros mismos.¡PENSEMOS! Todo ser humano posee una mente y con ella puede realizar el acto más temido por el Poder, con pensar por uno mismo podemos provocar un gran cambio colectivo .
``La revolución no es sino el pensamiento llevado a la acción´´.
Sentía la necesidad de compartir el calor que alimenta mi creatividad, mi pensamiento.
Pero también como artista necesito llevar esta teoría al arte vivo. Cuando digo ``vivo´´ no me refiero al realizado en vivo, sino al arte que se hace cargo de las verdaderas urgencias y necesidades de la vida. Que al fin y al cabo, creo que ese es el verdadero arte, el que da voz a nuestras acciones pensantes anuestras experiencias.
A propósito de las experiencias, Isabel Sauris muestra la seguridad de su saber aludiendo a la experiencia como fuente de autoridad ˋˋ mi experiencia me afirma no haber errado en mi juicio´´.
El problema viene cuando la experiencia femenina no se toma en consideración en la misma medida que la masculina, no es igualmente reconocida y autorizada por el pensamiento patriarcal.
Debo mencionar a Christine de Pizán ya que es ella la que inauguró el principio de cuestionar la difamación de la mujer en ˋˋ La Querella de las mujeres´´. La gran innovación de esta mujer es hacer que la experiencia femenina, (en el siglo XV al igual que en el XXI, no es lo mismo vivir en el cuerpo de una mujer que en el cuerpo de un hombre) sea valorada como fuente de saber y por tanto de autoridad.
Eliminar esa línea invisible pero existente que separa los términos hombre/mujer y todo lo que ello conlleva. Acabar con esa anestesia mental que nos provoca seguir irracionalmente un modelo de calco, que elimina nuestra capacidad de pensar, de producir, de crear.
Esto es un alegato de individualizarse, de emanciparse, de alcanzar la libertad en todos los ámbitos, para poder pensar por una misma y acabar con la soga de alienación, de subordinación y homogeneización que nos ahorca sin piedad.
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